Las complicaciones de acoger un estudiante extranjero y cómo superarlas
Acoger a un estudiante extranjero es gratificante en muchos aspectos, desde la oportunidad del intercambio cultural hasta la oportunidad de cambiar la vida de una persona joven, pero existen retos de escoger un estudiante extranjero. Estamos aquí para ayudarte.
Tu estudiante echa de menos su casa
En primer lugar, recuerda que es perfectamente normal que un estudiante sienta nostalgia, por lo que no deberías tomártelo como algo personal. Si el estudiante echa mucho de menos su casa y está disgustado, recuérdale que eso es normal y que no pasa nada por sentirse así durante un tiempo. Habla con él y pregúntale qué es lo que más le gusta de su hogar. Déjale que hable de su casa y de sus familiares y asegúrate de que tenga contacto frecuentemente con ellos.
Luego puedes sugerirle cosas divertidas y nuevas que hacer, ya sea contigo o por su cuenta. Así recordará todas las cosas emocionantes y fantásticas que podrá hacer al estar tan lejos de casa: una excursión a algún lugar de interés de la localidad, una caminata por el campo o una reunión en casa con amigos de la escuela.
Y recuérdale que haga muchas fotos para enseñárselas a sus familiares y amigos, eso le ayudará a centrarse en las nuevas experiencias que está viviendo, no en las que echa de menos.
A tu estudiante no le gusta la comida que cocinas
A veces, uno de los mayores choques culturales se da cuando la comida del país es muy diferente de aquella a la que estás acostumbrado de tu país. Si no le gusta la comida que haces, no te lo tomes como algo personal, es algo a lo que probablemente se acostumbrará.
¿Cómo puedes ayudarle a que se acostumbre a tu comida? Primero, sería bueno que cocinaras la misma comida para él que para ti. También sería bueno que comierais juntos, eso le ayudará a asociar la comida con algo comunitario, así como con tu cultura y tus tradiciones familiares. Echa un vistazo a nuestro artículo sobre comidas que nunca fallan para familias anfitrionas, donde encontrarás ideas y consejos.
Si deja grandes cantidades de comida en el plato, pregúntale si la ración era demasiado grande. Si sospechas que no te dice que no le gusta por educación, entabla una conversación sobre las comidas que más le gustan de su país y las diferencias entre esas comidas y las de tu país.
Si eso no funciona, pídele que te ayude cuando cocines para que pueda ver qué es exactamente lo que estás cocinando, pero también para que hable de sus propios gustos culinarios. Por ejemplo, podéis cocinar juntos su plato favorito de su país. También es una buena manera de conocerse mejor ¡y de que te ayuden en la cocina!
Recuerda que las alergias alimentarias o las necesidades dietéticas son una cosa muy distinta, y hay que tomárselas en serio. Asegúrate de saber si tiene alguna desde el principio.
Retos de escoger un estudiante extranjero: existe una barrera idiomática
Si no hubiera ningún tipo de barrera idiomática, no estaría haciendo un curso de idiomas, así que no te sorprendas si al principio hay alguna dificultad para comunicarse.
Si tu estudiante es tímido o callado al principio, no tiene que ser necesariamente porque no te entienda, quizás le falta confianza para hablar en otro idioma. Por lo general, las familias de intercambio descubren que cuanto más conversan con ellos, más confianza adquieren, y pronto son capaces de participar en la conversación. Tan solo recuerda mostrar una actitud abierta y acogedora en todos los aspectos que no necesitan traducción: sonríe, señálale claramente dónde está su habitación y el baño, enséñale fotos, guías, etc.
Si en casa hay que seguir determinadas reglas o instrucciones (como por ejemplo, cómo usar la lavadora o dónde está el botiquín de primeros auxilios), anótalas y déjalas en algún lugar por casa. De esta manera, a los estudiantes les resultará más fácil traducirlas usando una aplicación, en lugar de tener que recordar y entender cada regla o instrucción que les digas.
Si tu estudiante trata de decirte algo y te cuesta trabajo entenderle, no te preocupes. Mantén la calma, tranquilízale y sugiérele que hable más despacio o que lo escriba.
Las familias anfitrionas siempre nos cuentan lo asombradas que se quedan al observar el progreso de sus estudiantes a lo largo del tiempo que pasan con ellos. De llegar y no decir una palabra a tener conversaciones largas durante la cena sobre su día al final de la estancia. Así que no te frustres ni dejes que tu estudiante se frustre, y aprende a reírte de las dificultades de comunicación: todo forma parte de la experiencia.
Si hay alguna emergencia o situación en la que sea necesario explicarse bien, la aplicación Google Translate puede detectar palabras y traducírtelas en tiempo real.
Establecimiento de reglas en la casa
Esto es lo que más preocupa siempre a las familias anfitrionas: cómo establecer reglas para sus estudiantes. En muchos casos, acaban dándose cuenta de que no había necesidad de preocuparse y de que el respeto mutuo, la cortesía y unas pocas reglas básicas garantizan que todo funcione sin problemas.
En cuanto a las reglas básicas, las siguientes suelen ser útiles: cerrar siempre la puerta de casa al salir y al entrar, dejar los espacios comunes limpios y ordenados, ser silencioso y respetuoso por la noche con los que están durmiendo y que avise si va a hacer algo distinto de lo habitual (como llegar a casa más tarde de lo normal o irse a algún sitio el fin de semana).
Normalmente, la regla más difícil de establecer es la de la hora límite de llegada a casa. (Un consejo: ¡no uses la expresión toque de queda!). Debería ser una hora razonable y dependerá de la edad del estudiante. Prepárate para negociarla con tu estudiante y chatea con otras familias anfitrionas de nuestra red para saber cómo decidieron qué hora establecer.
Si ves que infringe las reglas o que pone en riesgo la seguridad de la casa o de otras personas de la casa, deja claro que lo que está haciendo no es aceptable. Dáselo por escrito para asegurarte de que te entiende y para que podáis usarlo como referencia si vuelve a haber problemas.
Es increíblemente raro que los estudiantes no sigan las reglas establecidas o que no sean respetuosos y agradecidos, pero en contadas ocasiones puede suceder. Primero prueba a hacerle sugerencias para ayudarle a recordar, y coloca por la casa notas adhesivas (por ejemplo, «no te olvides de cerrar la puerta cuando salgas»).
Si crees que el estudiante simplemente no te respeta a ti ni respeta tu casa, ponte en contacto con su escuela para que podamos ayudarte a resolver el problema. Y recuerda usar nuestra red para buscar consejos y el apoyo de otras familias anfitrionas.