¿Por qué se celebra el día internacional de la mujer el 8 de marzo?
En marzo hay un día muy especial donde una gran parte del planeta llena las calles de pancartas, color y proclamas feministas. El 8 de marzo se celebra en gran parte del mundo el Día Internacional de la Mujer. ¿Sabes por qué? ¿Dónde empezó todo? Vayamos a las raices.
En 1857, en plena revolución industrial, cerca de 130 trabajadoras de una empresa textil, se declaraban en huelga. Decidieron salir a las calles de Nueva York para protestar por las deplorables condiciones laborales. Su reivindicaciones eran simples y justas: conseguir una jornada laboral de 10 horas, salario igual que el de los hombres y una mejora de las condiciones higiénicas. Esta se convirtió en una de las primeras manifestaciones para luchar por sus derechos como trabajadoras. A partir de este día, se expandió ese movimiento de protestas y es por esto que el 8 de marzo se fijó el Día Internacional de la Mujer.
No obstante, hay un hecho muy cruel en ese mismo marzo de 1911 que también marcó la lucha de las mujeres por los derechos humanos.
Un incendio, de los más mortíferos que tuvo lugar en EEUU. Murieron un total de 123 mujeres y 23 hombres cuando una colilla mal apagada prendió fuego a la fábrica de camisas Shirtwaist de Nueva York. La mayoría de las víctimas de entre 14 y 23 años, inmigrantes y pobres, murieron porque las puertas de salida estaban cerradas puesto que los robos en la zona eran habituales y los responsables de la fábrica siempre cerraban las puertas de las escaleras.
Dos años más tarde, en plena época del funcionamiento de la II Internacional, se convocó en Copenhague una reunión de mujeres socialistas, en la que la revolucionaria alemana, Clara Zetkin, propuso celebrar, el 8 de marzo en recuerdo de la muerte de estas trabajadoras y denominarlo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
¿Por qué luchan las mujeres en la actualidad?
En España hay más mujeres que hombres, es decir, las mujeres son la mayoría. Que en una democracia la mayoría tenga que luchar para obtener los mismo derechos que tiene la minoría ya revela una anomalía funcional bastante seria – Iñaki Gabilondo
Luchan porque la desigualdad es real: social, política y económica. Lucharon porque no podían votar, porque apenas podían salir de casa sin sus maridos, porque no tenían derechos y porque siempre tenían que estar supervisadas por hombres, porque no eran libres, porque no las dejaban trabajar. Por eso lucharon tus abuelas, y las mías. Consiguieron el voto, consiguieron que sus acciones no dependieran de sus maridos, y consiguieron poder trabajar. Gracias a ellas, tu ahora eres más libre.
Pero aun no somos libres del todo, aun queda mucho por hacer. La igualdad no es real.
La violencia:
Desde 2003 hay más de 981 mujeres asesinadas por violencia machista; en los últimos 2 años han nacido “manadas” de hombres violadores. En 2018 las violaciones aumentaron más de un 22%. En España ese mismo año se produjeron más de 1.700 delitos de violación, apróximadamente, 4 al día según datos del Ministerio del Interior. La mayoría de las mujeres tienen miedo de ir solas por la noche hacia casa, porque no saben quien las puede seguir o qué le pueden llegar a hacer.
La brecha laboral:
Existe y cada vez se hace mayor. Las mujeres cobran menos y ocupan menos puestos de responsabilidad. Según datos de la Ghesta, técnicos de Hacienda, hay más mujeres mileuristas que hombres. El problema de la maternidad también afecta a las mujeres, según los mismos datos, la brecha salarial se amplia en la etapa donde las mujeres son madres. De acuerdo con los cálculos de Hacienda, hasta 2088 no se alcanzará la igualdad en los sueldos de hombres y mujeres.
Es por todo esto (y muchas más causas), que las mujeres se unen este 8 de marzo y salen a llenar las calles y los paseos de las ciudades. Porque el mundo tiene que escuchar todo lo que las mujeres tienen que decirles. A los políticos, a los directivos, a los hombres y mujeres que aun no son feministas: Las mujeres queremos decidir sobre nosotras y nuestros cuerpos, queremos ser libres y salir a la calle sin tener miedo, queremos pasos hacia delante entre la igualdad de géneros, y no retrocesos. Es muy fácil, queremos tener los mismos derechos que los hombres, ni más ni menos. Los mismos para tratarnos como seres humanos en condiciones de igualdad.
“Somos mujeres, somos valientes, somos capaces. No queremos retrocesos, queremos avances en nuestros derechos. Queremos la igualdad definitiva, por la que lucharon nuestras madres y por la que esperemos que no tegan que luchar nuestras hijas”.- Carla Buj