No tengo experiencia porque nadie me contrata
Paradójico, ¿verdad? Aún así, es una realidad con la que se topan los jóvenes a diario en nuestro país. Y es que contratar a un estudiante sin experiencia es una inversión de tiempo y dinero para las empresas, lo que resulta muchas veces en que acaben por prescindir de este tipo de perfiles para sus plantillas. Pero hay que seguir intentándolo.
El panorama laboral atraviesa un momento complicado, sin embargo, esta circunstancia también puede ser una oportunidad, así que vamos a tratar de ver el lado positivo y a lograr ese puesto de una vez por todas.
Y te preguntarás, ¿y qué más puedo hacer? Si tienes tus estudios superiores, una especialización, unas notas estupendas y otras habilidades que consideras idóneas para darlo todo en el trabajo que quieres, ya tienes mucho ganado. Aun así, lo que puede estar ocurriendo es que hay otras millones de personas que se encuentran en tu misma situación. Así que vamos a enfocarnos en qué puedes hacer para diferenciarte de los demás.
1. Demuestra lo que sabes hacer.
Aprovecha las nuevas tecnologías para poner tus conocimientos en práctica y conseguir visibilidad a través de las redes sociales, una página web, creando un bundle o incluso desarrollando una app. Siempre dentro de tus posibilidades y estudios, claro.
2. Tira de agenda.
La familia, los amigos, los profesores… Cualquier persona puede ser, sin saberlo, la que te ayude a meter la patita en un trabajo. Es fundamental que, además de en los portales de empleo y conexión laboral, hagas saber en tu círculo que estás buscando tu primer trabajo. Nunca sabes quién puede recomendarte y conseguirte una oportunidad.
3. Ve a lo seguro: demuestra que sabes idiomas.
Una baza que jamás falla y que te diferenciará al instante del resto de candidatos. Eso sí, para resaltar realmente debes demostrar nivel y fluidez. Y la mejor y más rápida forma de hacerlo es viviendo en el extranjero.
El Gap Year de EF es un programa de aprendizaje de inglés o un tercer idioma que te asegura volver bilingüe. Además, también conlleva la adquisición de habilidades que las empresas valorarán de inmediato. Por ejemplo, las adquiridas al tener que desenvolverte solo o sola en una ciudad nueva, en otro idioma, las necesarias para abrirse a conocer gente nueva, de más de 100 nacionalidades, o las de atreverse a experimentar un intercambio cultural. Sin olvidar el carácter decidido de hacer lo que haga falta para conseguir los conocimientos necesarios para ejercer tu profesión soñada. ¡Los idiomas nunca fallan!