La importancia de la inmersión
La importancia de la inmersión: Por qué debes aprender un idioma de la misma manera en que lo vas a usar
Se puede aprender un segundo idioma de muchas formas, entre otras, asistiendo a clases, leyendo libros o incluso mediante una aplicación. Pero una de ellas ha demostrado ser más eficaz que las demás: la inmersión lingüística.
Cuando en el aula se aplica el aprendizaje basado en la inmersión, el profesor usa el segundo idioma para todo, incluso para dar instrucciones y hacer observaciones. Se emplea de forma habitual en todo el mundo desde hace 50 años, ya que se ha comprobado que la inmersión lingüística refuerza las habilidades de lectura y escritura de los alumnos, así como su rendimiento académico, su capacidad de razonamiento e incluso su sensibilidad cultural.
Pero el aprendizaje de idiomas por inmersión funciona aún mejor cuando va más allá de las clases. Se trata de rodearse del idioma en otros ámbitos de la vida, de modo que se practique a menudo y en su contexto. Todo consiste en mantener estimuladas las partes de tu cerebro que de forma gradual aprenden a procesar esa segunda lengua.
Hay muchas formas de practicar la inmersión
¿Sabías que, de media, la gente pasa casi cinco horas al día con su teléfono? En algunas partes del mundo occidental, la generación Z llega a pasar nueve horas al día frente a una pantalla. Es un montón de tiempo que se podría invertir en aprender. Prueba a cambiar los ajustes de idioma de tu teléfono. De este modo, cada vez que lo uses para ver una notificación, te encontrarás con pequeños detalles, como la fecha, el tiempo o una alerta, en tu segundo idioma.
Otro truco sencillo es ver series de televisión en tu segundo idioma con subtítulos. Así aprovecharás tu tiempo libre para escuchar y ver de qué manera suele la gente hablar y responder en tu segunda lengua. Es una forma relativamente fácil (y relajante) de comprender mejor el contexto de utilización del vocabulario, las frases e incluso la jerga.
Pero, espera. Antes de que dejes de leer y vayas a por el mando del televisor: el contexto es realmente importante en este caso. Aprender un segundo (o un tercer o un cuarto) idioma de la misma manera en que lo vas a emplear te ayudará a adquirir fluidez más rápidamente, así que tienes que elegir bien lo que vas a ver.
Aunque esta semana me he dado un atracón de Negocio familiar en Netflix, un programa de telerrealidad de una agencia inmobiliaria de lujo que se emite en francés, mis nuevos conocimientos de descripción de cocinas en français no me resultan muy útiles. En absoluto. No soy una agente inmobiliaria ni me voy a comprar un piso de 2,5 millones de euros en París (por desgracia). Me resultaría mucho más útil ver una serie como The Office, ya que así será más probable que use lo que aprenda en mi lugar de trabajo.
La verdadera inmersión lingüística se produce en el extranjero
Para aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece el aprendizaje por inmersión, cambia el mando del televisor por tu pasaporte. Pasar un tiempo estudiando en un país en el que se hable el idioma que se está aprendiendo es un método de eficacia probada para dominar un nuevo idioma rápidamente. La razón es que permite una inmersión lingüística casi total. Por el simple hecho de estar allí, te sumerges en el idioma. Aprenderás en todas partes, no solo en el aula.
Las señales de la calle, los horarios del transporte público, los productos del supermercado y el menú de tu restaurante favorito; mires donde mires, practicarás constantemente la lectura. Y la lectura es una parte fundamental del proceso de aprendizaje. Las investigaciones han demostrado que una buena compresión lectora en un segundo idioma suele ir acompañada de una mejora de la expresión oral en ese segundo idioma.
Como las dos cosas van de la mano, es importante practicar ambas. Si estudias en el extranjero, te resultará mucho más fácil mejorar tus habilidades de conversación en tu segundo idioma, ya que mucha de la gente de tu entorno lo hablará; desde las personas con las que vives, trabajas o estudias hasta el camarero de la cafetería cuando pides tu café de la mañana.
El aprendizaje inmersivo puede fortalecer tu cerebro
De hecho, científicos de Israel y Estados Unidos examinaron el desarrollo cerebral que se producía entre estudiantes de un segundo idioma participantes en programas de inmersión de dos años en el extranjero. Demostraron que el cerebro, a medida que aprende a procesar un segundo idioma, puede cambiar y mejorar la forma en que procesa el primer idioma.
Asimismo, un proyecto de investigación conjunto de EF Education First y la Universidad de Tokio reveló que se producen cambios significativos en la función cerebral incluso durante un curso de idiomas inmersivo de corta duración en el extranjero. ¿Necesitas aún más pruebas de que ser bilingüe es mejor? Aprender otro idioma mediante el método de inmersión hace que nuestra materia gris sea aún más inteligente.
Vivir como un nativo da sus frutos
Por último, la mayor ventaja de la inmersión en otro país es que al vivir la vida cotidiana en otro idioma, con todas las rutinas y tareas mundanas que conlleva, aprenderás las frases y el vocabulario que de verdad necesitarás en el futuro. Es la mejor manera de prepararse y llegar a dominar el idioma.
Es más, es probable que con el tiempo desarrolles una conexión más profunda con la ciudad en la que vives. Ver cómo cambia tu perspectiva el hecho de poder emplear el idioma para moverte y comunicarte con las personas del lugar es una poderosa motivación para seguir avanzando.
Todo ello reforzará tus conocimientos y tu confianza. El aprendizaje de idiomas por inmersión es la definición de practicar con frecuencia y en el contexto.