¿Tu hijo o hija va a estudiar un curso escolar en el extranjero? Esto es lo que puedes hacer para que adore a su familia de acogida
El programa a través del que los jóvenes de 14 a 18 pueden descubrir la experiencia de vivir en un país extranjero, estudiar en un instituto diferente al suyo y volver bilingües, tiene, además, una motivación extra: la familia de acogida con la que estarás durante tu año escolar en el extranjero.
El hogar escogido para convertirse en la casa en destino de los estudiantes y las estudiantes es un aspecto fundamental en el desarrollo y éxito de la vivencia. Y tenemos que decir que, en la inmensa mayoría de los casos, el vínculo que se crea es el de una familia, y dura para siempre.
Sin embargo, esta sentimiento no suele ser algo inmediato, sino que es una relación que se va construyendo con tiempo y esfuerzo mutuo. Como ocurre con todas las relaciones, existe un proceso inicial de timidez, de miedo, de vergüenza, especialmente por parte de los jóvenes y las jóvenes, que llegan con un sentimiento de añoranza de su hogar, y necesitan pasar ese pequeño “duelo” para poder hacer un hueco, cada vez más grande, en su corazón, para esa nueva familia.
En este proceso de adaptación, los padres y madres son parte fundamental del éxito. Por ello, en este post vamos a explicar cómo es el proceso de selección de las familias de acogida y a proponer algunas ideas que pueden ayudar a cultivar ese contacto para que, finalmente, los niños y niñas se sientan, efectivamente, como en casa. ¡O mejor!
¿Cómo funciona el proceso de selección de las familias de acogida?
En EF, seguimos las más estrictas normas para la aceptación de las familias de acogida. Cada familia pasa por un minucioso proceso de selección, para asegurarnos de que cumplen con todos los requisitos del gobierno del país anfitrión.
Además, EF tiene sus propios estándares, más allá de las regulaciones del gobierno, como revisar los antecedentes penales, estudia el estado financiero de cada familia, para asegurar la posibilidad de manutención de un niño o niña durante todo un año, y solicita contactos de referencia para comprobar la veracidad de la información ofrecida por los interesados.
Todo ello nos permiten estar muy seguros de que cada una de nuestras familias de acogida proporcionará una experiencia de intercambio segura, acogedora y agradable.
Cuando se confirma la entrada en el programa de cada joven, deben completar su solicitud y crear su perfil de estudiante. Con esa información, desde EF encontramos la familia de acogida perfecta para cada persona
Además, EF cuenta con la mayor selección de familias de todo el sector. Esto optimiza al máximo el match. Además, tiene “familias de apoyo”, que son hogares de emergencia a los que recurrir en caso de que se dé alguna circunstancia excepcional en alguna de las casas. De esta forma, el estudiante o la estudiante son fácilmente trasladados, sin que ello ponga en riesgo la convalidación o la continuidad del programa.
Cabe destacar que todas nuestras familias representan la diversidad de los americanos, de los británicos y de la cultura irlandesa, por lo que trabajamos con familias de acogida de todos los tipos y tamaños.
Algunas familias tienen niños pequeños o adolescentes, mientras que otras pueden no tener hijos en casa o estar recién casados. Hemos tenido padres solteros, parejas del mismo sexo y abuelos, los cuales han sido todos anfitriones maravillosos.
3 ideas infalibles que puedes poner en práctica desde el primer día para ayudar a tu hijo o hija a relacionarse con su familia de acogida
Una vez en destino, superado el miedo y la emoción del viaje, llega el momento de la verdad. Cada joven llega a su casa de acogida y es recibido o recibida por su familia. Aquí, la primera impresión es importante, sin embargo, no marca la diferencia, sino que es el trato diario lo que ayuda a familia y adolescente a conocerse y crear ese vínculo tan especial.
No hay que olvidar que, padres y madres en el país de origen, sois su máxima referencia. Y todo lo que les hayáis contado para prepararles y prevenirles, les va a servir, y mucho. A pesar de ello, es recomendable, una vez en la distancia, seguir ofreciendo este apoyo. ¿Cómo?
1. Mediante llamadas semanales. En estas puestas al día, quizás podéis pedir a vuestro hijo o hija que ponga al teléfono a la madre o el padre de acogida, o hacer una video llamada en la que os presentéis todos y el niño o niña pueda compartir abiertamente sus vivencias con ambos hogares.
Desde EF aconsejamos realizar una llamada a la semana con el estudiante o la estudiante para favorecer el espacio de conocimiento y adaptación a su nueva familia y entorno. De lo contrario, si la comunicación es más constante, éste o ésta no termina de desconectar y puede provocar que la integración se ralentice.
2. A través del envío de un pequeño pack de “tus favoritos de casa”. En este paquete podéis incluir fotos, la comida o los snacks típicos de España favoritos del estudiante o la estudiante, también fotos vuestras o en familia e incluir alguna nota o detalle especial para la familia de destino. De esta forma, se sentirán incluidos en la nueva gran familia, y nacerán sentimientos de agradecimiento y cariño mutuo.
3. Si podéis, organizad una visita a vuestro hijo o hija en su casa de destino. Es una manera estupenda y directa de conectar con el nuevo hogar de vuestro hijo o hija. Y, tanto si ya está totalmente adaptado o adaptada y tiene una relación maravillosa, como si aún se encuentra en una zona de timidez y no logra abrirse, presentaros allí con una sonrisa y un abrazo, contribuirá, seguro, a construir ese vínculo duradero.
EF es la única compañía que cuenta con el visado J-1, con el que las familias pueden visitar al estudiante o la estudiante en destino.
Una nota importante es que la comunicación es fundamental. Y sabemos que, para ello, los jóvenes y las jóvenes deben derribar barreras de vergüenza e inseguridad con el idioma.
La buena noticia es que los hogares que les acogen son conscientes de ello, tienen experiencia y les ayudarán en todo este proceso, siempre que exista una conversación sincera y constante.
Así, poner interés en conocer a las personas que acogen a tu hijo o hija en sus hogares y van a estar con ellos o ellas a diario durante un largo periodo de tiempo es, siempre, una buena idea. De esta forma logramos crear complicidad y confianza, lo que genera un ambiente relajado y seguro. Y esto, al fin y al cabo, es lo único que necesitan para disfrutar y vivir su experiencia al máximo.