Cómo ayudar a un estudiante que echa de menos su casa: 7 consejos para las familias anfitrionas
La clave para que un estudiante tenga una experiencia de estudio en el extranjero fantástica y enriquecedora es que aproveche todas las nuevas experiencias y la cultura que su nueva ciudad tiene para ofrecer. Si echa de menos su ciudad de origen y las comodidades de su casa, podría no disfrutar plenamente de las oportunidades que puedan surgir durante sus estudios en el extranjero.
La familia anfitriona puede influir enormemente en su estado de ánimo y ayudarle a combatir la nostalgia, para que disfrute plenamente de su estancia.
Te contamos cómo con esta serie de consejos para familias anfitrionas:
Dale algo de tiempo para que eche de menos su casa
Es normal sentir nostalgia durante unos días, para muchos estudiantes esta es la primera vez que pasan tanto tiempo fuera de su hogar. Deja que se sienta así durante unos días sin interferir (¿tal vez ofreciéndole helado o alquilando su película favorita?) y concédele la oportunidad que tanto necesita de procesar y combatir sus sentimientos. Tan pronto como se acostumbre a la idea de estar lejos de casa, se pondrá en marcha con entusiasmo y lo verá todo como lo que es, una aventura.
Establece una rutina
Si estableces unos horarios semanales y ayudas a tu estudiante a planificar su rutina, se sentirá más en «como en casa» y se adaptará más rápidamente al nuevo entorno. La falta de rutina puede hacer que se sientan perdidos y, has acertado, propensos a la nostalgia. Empieza la costumbre de salir los domingos por las mañanas para tomar un café o haz de las noches de cine de los martes algo especial.
Cenad juntos
Las cenas en familia son sagradas en muchas partes del mundo. No hay nada como compartir historias, hacer bromas y ponerse al tanto de los acontecimientos del día frente a un abundante plato de pasta hecho con la «receta secreta de la abuela» para crear un sentimiento de pertenencia. Si quieres más ideas para planificar las comidas, echa un vistazo a nuestro artículo sobre comidas que nunca fallan para las familias de intercambio.
Anímale a mantenerse en contacto
Dale la contraseña de la red wifi y recuérdale que llame a sus padres por Skype o que se ponga en contacto con sus amigos por FaceTime de forma regular. Al mantenerse en contacto con todos sus seres queridos, seguirá sintiéndose conectado con su casa y los acontecimientos de la vida que ha dejado, por lo que será menos probable que tenga ese miedo de «perderse cosas» que puede desencadenar los sentimientos de nostalgia por el hogar.
Comparte tu cultura
Haz que tu estudiante participe en tus tradiciones familiares, así como en las costumbres culturales de tu país. Así conectará más rápidamente con su nuevo entorno y dejará de sentirse fuera de lugar, y le ayudarás a vivir la experiencia de estudios en el extranjero más enriquecedora posible.
…y acoge la suya
Fomenta el intercambio cultural en ambos sentidos, puede que el miembro más reciente de tu hogar tenga mucho que aprender sobre tu país, pero a ti también podría resultarte fascinante saber del suyo. Haz que siga en contacto con sus raíces para evitar la nostalgia. Por ejemplo, podéis cocinar juntos un plato tradicional de su gastronomía o puedes dejar que comparta contigo alguna de las cosas que más le gustan de su país. A menudo hay algún supermercado internacional no muy lejos. Investiga un poco y llévalo de compras, será un gesto sencillo pero muy eficaz.
Mantenle ocupado
El aburrimiento es un factor clave desencadenante de la nostalgia, sobre todo durante los primeros días que pasa el estudiante en el extranjero. Por ello, cuando todavía no haya formado un círculo de amigos con los que socializar, planifica muchas actividades para mantener ocupado al estudiante que se aloja en tu casa. Si le enseñas tu ciudad, le ayudarás a orientarse por sí mismo y a adaptarse mucho antes al nuevo entorno. Verás como aumenta su confianza a medida que se sienta preparado para ser más independiente y relacionarse con sus nuevos compañeros de clase. El truco es evitar que piensen en su hogar, ya que cuanto más tiempo libre tengan para pensar, más posibilidades tendrán de perderlo.