6 razones para compartir tu casa con un estudiante extranjero
Cuando se trata de compartir, muchos de nosotros compartimos nuestras vidas con nuestros amigos, nuestras familias y nuestros vecinos. Disfrutamos viviendo experiencias comunes, ya que las relaciones humanas son valiosas y nos hacen felices. Aunque rara vez consideramos la opción de incluir en nuestra vida familiar a desconocidos de otros países o culturas diferentes a la nuestra.
Sin embargo, a medida que nuestras vidas se vuelven cada vez más internacionales, también crece nuestro deseo de vivir un intercambio cultural auténtico. Estas son las 6 razones principales para compartir tu casa con un estudiante extranjero.
**1. Gana un hijo, una hija o un hermano de otro país
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Cuando invitas a un estudiante extranjero a tu casa, se desarrolla un vínculo único a medida que este comparte contigo sus nuevas experiencias. Puedes ser testigo de cómo tu hija de acogida hace nuevos amigos, se desenvuelve en un supermercado distinto de los de su país, o se sube a un autobús para ir a visitar una nueva ciudad y descubre lugares que no sabías que existían. Redescubrirás tu ciudad, ya que la verás a través de sus ojos, desde una nueva perspectiva.
2. Disfruta las diferencias
Al compartir con un estudiante extranjero podrás hacer preguntas, siente curiosidad, y aprended el uno del otro. Cuéntale historias sobre cómo era la escuela a su edad, averigua lo que os diferencia, y hablad sobre lo que os gusta, lo que no os gusta y vuestros sueños. Puede que te descubra nuevas costumbres, nuevas comidas, un nuevo autor, o tu próxima aventura en el extranjero, y tal vez tú puedas hacer lo mismo.
3.Comparte tus aficiones e intereses
¿Necesita tu equipo local de fútbol un nuevo hincha? Llévate contigo al partido a tu estudiante de acogida. Compartir tus pasiones es una manera excelente de enseñar tu propia cultura y, además, tu estudiante aprenderá nuevo vocabulario cuando cante el himno de tu equipo.
4. Comparte tu comida favorita
La comida une a la gente: nada mejor para romper barreras culturales que ver a un estudiante de acogida comiendo fish and chips en una localidad de la costa británica, presenciar cómo come su primera pizza italiana auténtica en Roma, o formar parte de su primera experiencia gastronómica estadounidense con una hamburguesa gigante con patatas fritas. Los estudiantes provienen culturas diversas, así que lo más probable es que estén encantados de probar las comidas de tu país. ¿Alguna vez has querido probar un bollo de canela sueco? Si tienes suerte, ¡tu estudiante de acogida cocinará en tu casa sus comidas favoritas!
5. Comparte tu idioma
Al compartir con un estudiante extranjero absorberá tu idioma en cada ocasión. Para sumergirlo en tu cultura, podéis ver juntos tus películas favoritas o escuchar alguna emisora de radio local. Observa cómo mejoran sus conocimientos lingüísticos a media que pone en práctica las palabras que aprende en el aula. Antes de que te des cuenta, estará usando coloquialismos y jerga local en las conversaciones. ¡Aprovecha la oportunidad para aprender también su lengua materna!
6. Cambia la vida de alguien
Estudiar en un nuevo país y un nuevo entorno resulta a veces intimidante y complicado, y formar parte de la vida de un estudiante mientras se adapta a un nuevo entorno puede ser enormemente gratificante. Tú y tu estudiante os llevaréis de vuestro tiempo juntos recuerdos inolvidables y una amistad para toda la vida. Podéis enviaros tarjetas de Navidad y manteneros en contacto. Y quién sabe, después de que se haya ido, ¡puede que surja la oportunidad de ir a visitarlo a su país de origen!