Comidas que no fallan para las familias anfitrionas
Compartir tu cultura con tu estudiante extranjero a la hora de comer es una buena manera de hacer que se sienta bienvenido en tu casa, y no tiene por qué salir caro.
Para ayudarte a aprovechar al máximo tu experiencia como anfitrión de un estudiante en tu familia de intercambio, hemos recopilado unos cuantos consejos sobre recetas y formas divertidas de lograr que tus cenas sean memorables para todos los comensales.
Compartir es querer
Piensa en los platos que te gusta preparar para tu familia, amigos y seres queridos: esas comidas son perfectas para que tu estudiante conozca tu casa. Si sueles hacer lasaña los viernes por la noche o usas el aderezo secreto de tu abuela en tus ensaladas, ¡no cambies tus hábitos! Si tú y su familia coméis con frecuencia los platos que más os gustan, es muy probable que tu estudiante los disfrute tanto como vosotros.
Si se avecina alguna fiesta o las comidas forman parte de alguna de vuestras tradiciones, no olvides extender la invitación a los huéspedes de tu casa. En los Estados Unidos, por ejemplo, la cena anual de Acción de Gracias puede ser una experiencia nueva y emocionante para aquellos que nunca antes habían disfrutado de esa fiesta. En el Reino Unido, el tradicional asado dominical puede ser una experiencia realmente memorable y reconfortante.
Lo mismo puede aplicarse a los platos típicos de tu país. La comida puede ser una buena manera de compartir tu cultura con tu visita. En el Reino Unido, puedes llevar a tu estudiante extranjero a comer fish and chips al lado del mar. En parte, los estudiantes deciden alojarse con una familia anfitriona para vivir un valioso intercambio cultural y para experimentar la vida normal y cotidiana de su nueva ciudad; con poco que aportes enriquecerás enormemente esa experiencia.
También es una buena ocasión para conocer la cultura de tu estudiante de intercambio
¡No olvides que el intercambio cultural puede darse en los dos sentidos! Dedica algo de tiempo a preguntarle a tu estudiante por las comidas que más le gustan en casa. Puedes incluir alguna de ellas en el menú semanal, o tu estudiante podría preparar algo tal como lo haría en su propia cocina. Con este sencillo gesto, tendrá la oportunidad de mostrar sus destrezas culinarias y de agradecer tu generosidad con algo de su cultura de origen.
Consejo práctico: Si esos platos incluyen ingredientes que no suelen encontrarse en las tiendas de comestibles de tu localidad, puede que tengas que ir a comprar a un supermercado internacional. Llévate contigo a tu estudiante, quizás encuentre alguna delicia que desee compartir contigo. Además, seguir en contacto con su cultura le ayudará a mantener la nostalgia a raya. Hacer que participe en las cenas con toda la familia puede marcar la diferencia para tu estudiante y lograr que se sienta como en casa.
Planifica bien las comidas para las familias anfitrionas
Los alimentos basados en carbohidratos, como la pasta, los fideos, el arroz o las patatas, suelen ser asequibles y una buena manera de dar volumen a los platos. Como las clásicas patatas asadas, que son muy fáciles de hacer en el horno. También puedes dejar que los comensales elijan un acompañamiento sencillo (como alubias cocidas, queso o atún con mayonesa), para que incluso el más exigente encuentre algo a su gusto.
Asegúrate de incluir suficientes proteínas en las comidas. De esa manera los estómagos estarán satisfechos durante más tiempo. Los platos con huevos, queso, pescado y carnes —o alubias, legumbres o frutos secos si tu huésped es vegetariano— mantendrán las barrigas llenas y los cuerpos sanos. Las comidas sencillas no tienen nada de malo tampoco, una simple tortilla alimenta lo suficiente y es barata de hacer.
También puedes hacer comidas con platos para compartir o con fajitas o tacos, eso gusta a todo el mundo. Son fáciles de preparar y cada comensal tendrá que hacerse su propio plato, algo que te ahorrará tiempo y aumentará el sentimiento de comunidad en la mesa.
Hay muchas comidas que se pueden hacer en grandes cantidades de manera asequible. Las comidas a base de carne picada, como unos simples espaguetis a la boloñesa o chile con carne, son muy fáciles de preparar en grandes cantidades. Si haces el doble de las raciones necesarias, te quedará suficiente comida para meterla en el congelador.