Beneficios de cursar un año escolar en el extranjero. Una experiencia única con acento internacional

Una cosa está clara: viajar es la mejor manera de aprender y disfrutar. Toda experiencia lejos de casa es una constante educación; desde averiguar cómo moverse por un nuevo lugar, entender el sistema de transporte, adaptarse al idioma o lograr orientarse en un sitio desconocido. Todo eso curte, y mucho. Por no hablar de la atención sostenida que se necesita para asimilar toda esta información.

Si ya hablamos de pasar una temporada larga, de entre seis meses y un año, en un hogar y con una familia distinta a la tuya y en un nuevo instituto con alumnos internacionales, la experiencia alcanza otro nivel. Y eso es exactamente lo que se busca en un año escolar en el extranjero: brindar la oportunidad al alumno o alumna de desarrollar nuevas capacidades en un entorno totalmente distinto a lo que ha conocido hasta el momento. ¿Con qué objetivo? Conseguir que encuentre, dentro de sí mismo o misma, y en el entorno, las herramientas necesarias para poner la primera piedra de su futuro académico con acento internacional.

Una oportunidad de las que se dan una vez en la vida. Un regalo para siempre.

¿Qué beneficios tiene para el alumno o alumna cursar un año escolar en el extranjero?

Como hemos visto, es una decisión importante acerca de un momento bastante definitorio en la vida de los jóvenes. Por ello, vamos a abordar las ventajas más destacadas que ofrece un intercambio internacional en el instituto. Aviso: os entrarán ganas de hacer las maletas ¡ya!:

·       Mejora del nivel académico. Un nuevo centro escolar en el extranjero ofrece al estudiante una perspectiva más amplia de las materias tradicionales que si estudiara en el mismo lugar de siempre. Además, abre la puerta a escoger asignaturas diferentes a las que se estudian en España, lo que le ayuda a conocer mejor sus propios intereses educativos y potencia una formación diferencial.

·       Volver bilingüe. Adquirir conocimientos y fluidez en otro idioma al mismo tiempo que cursas un año escolar es un sueño hecho realidad. Es la manera más eficaz de asimilar el inglés y adquirir las capacidades necesarias para desenvolverse por completo en este idioma. Es por eso que esta estancia tendrá un gran impacto en su currículum y en su futuro.

·       Red internacional. La familia y los amigos de la comunidad de acogida, así como otros muchos estudiantes que se encuentran en esta etapa, procedentes de todo el mundo, resultan en una creación de vínculos que perduran más allá de la distancia y el tiempo. Una red que brinda al estudiante una nueva familia y un sinfín de nuevas oportunidades.

·       Crecimiento personal. Salir de casa para estudiar en el extranjero a una edad tan temprana ayuda a abrir la mente y a adaptarse a una nueva realidad, totalmente diferente de lo que ha vivido hasta el momento. Aparece la confianza en uno mismo y la capacidad de resolver problemas. El estudiante se convierte en un ciudadano global.

Además del amplio conocimiento que se adquiere a lo largo de todo un curso, este intercambio es la ocasión perfecta para empaparse de la cultura, las costumbres y las tradiciones, tanto del país de destino como de otros lugares de los que provengan los amigos y la familia que se crean allí.

El futuro, cada vez más cerca

La experiencia de cursar un año escolar en el extranjero hace más evidente la inminente llegada de la mayoría de edad y, con ella, la toma de decisiones sobre el futuro. Este es el primer paso, y muchos estudiantes que lo llevan a cabo, deciden dar el siguiente y continuar formándose lejos del hogar. Utilizan este año para seguir estudiando fuera, lo que se traduce en una clara ventaja competitiva para los estudios universitarios y el futuro laboral.

Como avanzábamos, todo son ventajas en esta oportunidad de pasar un año escolar estudiando en otro país. ¿Y tú, te animas?